Una nueva mirada sobre el Patronato Regio: la Curia Romana y el gobierno de la Iglesia Ibero-Americana en la Edad Moderna

La comunicación, fruto de una larga colaboración entre los dos ponentes y basada en extensas investigaciones en diversos archivos pontificios, se propone de ofrecer nuevos elementos para la comprensión de la compleja relación entre la Sede Apostólica y la Corona española en relación al desarrollo de la Iglesia hispano-americana.

El papel del Papado en la historia de la Iglesia hispano-americana puede ser mejor comprendido a través de una reconsideración de la importancia del Patronato Regio en el panorama de las relaciones Estado-Iglesia en América. La historiografía ha de hecho considerado el papel romano solo adentro de los estrechos confines del Patronato Regio, atribuyendo a la Corona una jurisdicción prácticamente total en materia religiosa a partir de la concesión de las bulas pontificias de comienzo del siglo XVI que encargaban a los reyes la organización de la Iglesia y la iniciativa misionera en el Nuevo Mundo español. Sin necesidad de repetir datos y conceptos conocidos, se considera habitualmente que la organización de la Iglesia y de la vida religiosa en los amplios y multiformes territorios americanos, aunque muestre caracteres cercanos a los contemporáneos procesos de confesionalización europeos, haya sido un proceso completamente ajeno a la jurisdicción pontificia, quizás también a su conocimiento. Sin embargo, es necesario remarcar como este tema haya sido abarcado por la historiografía de forma parcial a causa de cierta rigidez del cuadro interpretativo que no ha estimulado la búsqueda de nuevas fuentes y de nuevas interpretaciones.

Recientemente un pequeño grupo de investigadores expertos de la historia del Papado y de la Curia Romana ha empezado a mirar con renovado interés a las relaciones entre la Sede Apostólica y América buscando de contestar a la pregunta fundamental si el sistema de gobierno erigido por el Patronato Regio haya cubierto todo el espectro de las relaciones entre la Santa Sede y la Iglesia hispano-americana, o bien si existieron ámbitos jurisdiccionales en los cuales la intervención romana fue directa y no condicionada por los acuerdos patronales. Interrogarse sobre esta pregunta permite de volver a considerar algunas posiciones de la historiografía que, a la luz de un más atento análisis de las fuentes pontificias, hoy parecen parciales. Entre otros, pueden citarse algunos ejemplos:

  1. Los momentos en los cuales los pontífices intentaron poner en discusión este estado de cosas -como por ejemplo con ocasión de la controversia sobre la nunciatura americana (siglo XVI) o bien la fundación de la Congregación “de Propaganda Fide” a comienzo del siglo XVII- se han considerado siempre como momentos excepcionales en lugar que momentos de intensificación de una relación permanente caracterizada, sin duda, por elementos de conflictividad pero también por la división de tareas y competencias.
  2. El derecho regio de revisar y retener los documentos pontificios enviados a América ha sido considerado muy a menudo solo en su faceta anti-romana y como instrumento de afirmación de la Corona. De esta manera ha acabado por aparecer un dado histórico más importante del contenido de las disposiciones romanas mismas y de las consecuencias jurídicas que han tenido para la Iglesia americana.
  3. El uso retórico de la figura del Patronato como barrera intransitable entre los dos mundos ha sido practicado, además que por la Corona española, también por la Santa Sede como argumento polémico de reivindicación de su derecho de intervenir en América. Esta preponderancia de la argumentación retórica ha provocado también la consecuencia que la imagen de la América española en la Curia Romana haya quedado por mucho tiempo inmutada, no actualizada, atada a una orientación anti-española.

La investigación sobre el Patronato Regio se ha basado tradicionalmente en un número exiguo de documentos generales, como las recopilaciones de documentos pontificios para las Indias, muy a menudo no consultados en sus versiones originales. Parece al contrario necesario tomar en consideración todos aquellos documentos que atestigüen la praxis jurisdiccional romana hacia la Iglesia americana y la actividad informativa de la Sede Apostólica con respecto a las Indias. Después del Concilio de Trento y de la reforma sixtina de 1588 el sistema de gobierno pontificio se basaba principalmente en las Congregaciones cardenalicias permanentes y en las nunciaturas. En los archivos de estos órganos se encuentran numerosos documentos relativos a las Américas que hasta el momento no han sido tomados en cuenta sino muy marginalmente por la historiografía. Algunos ejemplos de casos concretos en el marco de los cuatro puntos siguientes enriquecerán la presentación:

  1. La introducción de los decretos tridentinos en el ámbito de la Iglesia universal se organizó bajo la coordinación de la Congregación del Concilio, el dicasterio encargado de interpretar auténticamente los decretos disciplinarios del concilio y de contestar a las dudas de las iglesias locales. Entre las tareas de esta congregación hay numerosos casos, sobre los temas más varios, presentados por obispos y feligreses americanos.
  2. La Iglesia ibero-americana era también una iglesia misionera y por esto estaba sometida a la intervención de la Congregación de Propaganda Fide, en colaboración con el S. Oficio. La intervención de Propaganda Fide en casos americanos permite apreciar también la acción informativa de numerosos procuradores de las órdenes religiosas activas en las misiones. Además abre una ventana hacia la relación entre las órdenes religiosas activas en América y Roma: se trata de una relación ambigua ya que, si bien las órdenes eran ligados a la monarquía, mantenían al mismo tiempo intereses específicos y canales autónomos para comunicar y conectarse con Roma. Involucrando la sede petrina en importantes decisiones para la vida religiosa americana.
  3. El nuncio en Madrid jugó un papel fundamental para el mantenimiento de las relaciones entre Romas y las Américas y para la tramitación de informaciones sobre las Indias. Acervos documentales recientemente abiertos a los investigadores muestran también la actividad del tribunal del nuncio en la resolución de conflictos tocantes partes americanas.
  4. El estudio del sistema de gobierno de la Curia Romana y los archivos pontificios muestran también la intervención sistemática en asuntos americanos de diversos otros dicasterios: las congregaciones de Obispos y Regulares, de los Ritos, Consistorial, de la Inmunidad eclesiástica y algunos tribunales de la curia, como la Penitenciería Apostólica.

Es importante subrayar que algunas de estas evidencias no son inéditas. Sin embargo estas se han siempre presentado como casos particulares sin poner en luz el carácter sistemático del intercambio de informaciones entre Roma y las Indias y de la intervención romana en asuntos americanos especialmente en lo que atañe a las cuestiones ordinarias de derecho canónico. Estas se manifiestan principalmente en las súplicas enviadas por laicos, religiosas, misioneros u obispos americanos a los dicasterios romanos para conseguir dispensas, licencias, facultades, indultos. Súplicas que atestiguan la indisoluble y siempre viva relación de los feligreses católicos con la Sede Apostólica.

La “nueva mirada” hacia el Patronato Regio que se sugiere en la ponencia que no pretende substituirse a la tradición historiográfica asentada, sino ofrecer una perspectiva complementaria que pueda enriquecer la discusión y aportar datos fundamentales para la comprensión de las complejas relaciones entre la Santa Sede y América en la temprana Edad Moderna, cuyos influjos son visibles hasta nuestros días.

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